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SEÑOR DEL ARROZ

Cuentan algunos pobladores ferreñafanos que hace muchos años caminaban por la tierra tres hombres comunes -eran hermanos- y quiso la gracia divina que se convirtieran en santos. Uno de ellos se transformó en el Señor de la Justicia, el otro en el Cautivo de Monsefú y el otro en el Señor Cautivo de Ayabaca. Esta es la versión mitificada mestiza del origen de los “cautivos”. El Señor de la Justicia de Ferreñafe (Señor del arroz) celebra el 25 de abril su fiesta de año y el 25 de octubre el medio año.

La propiedad agraria en 1933 era básicamente dual: latifundio y minifundio. El campesino recurría a las “habilitaciones” con el fin de tener dinero y poder cultivar su chacra. Dado lo estacional del agua, al culminar la campaña agrícola muchas propiedades pequeñas incrementaban los latifundios.

Don Manuel Alcántara era un conocido habilitador que poseía uno de los dos molinos con los que contaba la ciudad; al lado de uno de ellos se había construido una pequeña ramada para que descansara la Virgen Purísima de Túcume. Los días viernes era de “habilitación” y cientos de campesinos se reunían en busca del dinero que les permitía continuar con las labores que demandaba el cultivo.

De junio a octubre estos préstamos eran pagados en dinero. Se encargaba de llevar la contabilidad su secretario, en ese tiempo don Emiliano Zapata, quien en 1933 cae poseído por un extraño mal que médicos y brujos lambayecanos no pudieron curar, teniéndose que marchar a Lima donde es internado en una clínica. Por casualidad se encontraba en la habitación donde estaba su lecho de enfermo una imagen del Señor de la Justicia, a la que prometió que si se curaba le realizaría una fiesta.

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